Que la paternidad/maternidad nos pone a prueba, es algo que los que somos padres/madres ya sabemos de primera mano. Está claro que ser madres es algo maravilloso y otras veces ya he hablado de las “cositas buenas” de la maternidad, no voy a cuestionar eso ni mucho menos, pero también tiene sus “cositas puñeteras” y de eso es de lo que quiero hablar hoy.
Como decía, la maternidad nos pone a prueba día sí y día también. Pone a prueba nuestra paciencia, hay días que pienso que tengo más paciencia que un santo, que si mi paciencia fuera elástica tocaría el cielo y seguramente desde fuera parece que no haya hecho ni el más mínimo esfuerzo o sacrificio. Pero no es así y los que lo vivimos en primera persona lo sabemos. ¡Hay días que te ves superada!
La maternidad pone a prueba nuestra manera de conciliar la vida laboral y la familiar, conciliar el sueño, (aquí no conciliamos ni lo uno ni lo otro 😆), nuestra responsabilidad, nuestra capacidad de vivir dentro de un nuevo orden, en el cual los ritmos los ponen los hijos, y un largo etcétera… pero sin duda, también pone a prueba nuestra relación de pareja.
Al principio, casi ni tenemos tiempo de plantearnos esto, porque estamos tan ocupados aprendiendo a ser madres/padres y reorganizando nuestra vida, que apenas nos enteramos. Pero a medida que pasa el tiempo y todo se va estabilizando, vas echando de menos esa intimidad que antes tenías con tu pareja, esos ratos juntos… era tan natural, ¡tan fácil! No había que esperar a que se alinearan los astros, ni hacer encaje de bolillos para poder dejar al peque con alguien, preparar un “plan chulo”, que ese día no tengas tanto sueño que a las 9 de la noche estés a punto de morir de narcolepsia o que el peque ese día tenga 39 de fiebre y tengas que salir corriendo a urgencias con el apiretal bajo el brazo.

Así que desde mi experiencia en estos 20 meses de madre primeriza, quiero decir que hay que sacar horas y muchas, para estar con tu pareja. Hablando claro, nos lo tenemos que currar. Tiempo de calidad, (en la medida de lo posible). No hay que tener ningún sentimiento de culpa por querer dejar al peque con abuelas/os, tías/os, o gente de confianza, para sacar algún ratito con tu mitad, aunque solamente sea para estar tirados en el sofá sin hacer nada, únicamente disfrutando del silencio y de vuestra compañía. Esos momentos valen millones. Y no hay que procastinar en este tema, hay que empezar a hacerlo desde el minuto uno.
Sé que muchas veces es difícil, pero creo que tenemos que priorizar más a la pareja y menos a los hijos, que ya se lo estamos dando todo, ¿no? Y ahora me acuerdo mucho de este artículo que leí hace tiempo, y que si antes ya me parecía cierto, ahora lo entiendo y lo suscribo muchísimo más.
Y por supuesto, no por ello queremos menos a nuestros hijos ni somos malasmadres. Así que, como dice la ilustración que he elegido del fotógrafo Curtis Wiklund, hagamos que nuestras parejas sigan siendo nuestros “San Valentines”, imaginación al poder, saquemos tiempo de donde sea y seamos madres y también seamos mujeres, porque creo que sin la una, no podríamos ser la otra. (Y lo mismo digo para los padres)
Feliz semana y si os apetece, contadme cómo hacéis para cuidar vuestra relación y a vuestra pareja, ¡todas las ideas son muy bienvenidas!
Cuanta razón…
Hay que reconocer que, a medida que van creciendo y ganando autonomía, también se gana tiempo para la relación en pareja. Es cuestión de cruzar ese rubicón de los primeros años.
Un abrazo.
Eso espero, supongo que luego echaremos de menos cosas de cuando son pequeños… Gracias por los ánimos! Un abrazo!
Paciencia contra las prisas. Calma frente a las tormentas imprevistas y lo más importante. Saber que pase lo que pase estaremos juntos para hacerle frente. De tener tiempo libre no tengamos mucha esperanza. Algún rato y ya. Que llaman de Alemania o reclaman algún servicio desde Austria…como tú tienes tiempo libre…me podrías? Un beso.
Gracias por tu comentario Carlos, bellas palabras. Un abrazo!
Pues como tu dices, esperar a que los astros se pongan de acuerdo para poder disfrutar de un rato juntos, pues estamos a un rato de la familia. Alguna vez llamamos a una chica para que los cuide y salir a cenar y tomar unas copillas. Pero es que mi rubio es…conforme nos ve que nos damos un abrazo o un beso viene a ponerse en medio. Y ambos, cuando eran más pequeños y nos veían hacían un teatro que no veas, se tiraban al suelo y se ponían a llorar, eran graciosos!!!jijij
Yo ahora también estoy en búsqueda de canguro de confianza! A ver si hay suerte! Gracias por pasarte y por tu comentario!
nosotros tuvimos mucha suerte, pues era una chica que curraba en la ludoteca donde iba el mayor!! suerte!!
Ya te contaré! 😉
Te doy la razón como padre de tres hijos.
Con tres hijos ya sabes bien de lo que hablo pues! Os admiro! Con uno a mi ya me cuesta! 😬😬
¡Jajajaja! ¡Qué bueno el artículo! Yo voy robando besos y abrazos en la cocina, en el pasillo… Pero algo realmente difícil para nosotros es mantener una conversación sin que nadie nos interrumpa, hasta las diez de la noche es misión imposible.
Lo de las conversaciones también tiene lo suyo! En cuanto ven que llevamos una conversación y que no les prestamos atención, locura!! 😂😂 Lo malo que a las 10 de la noche yo ya estoy para pocas bromas…😁😁
No os quejéis yo tuve seis y era todas las horas estar con ellos, no ver casi nada a tu marido, pues cuando llegaba de trabajar ya los tenía en la cama, pero según escuchaban la puerta iban al primero que llegase.
Lo bueno que tenía es que yo sólo estaba en casa.😂😂😁😁
Bueno, esto ya son palabras mayores! Me quito el sombrero! Con seis yo no sé cómo lo haría, si ya con uno me cuesta! Os admiro! Enhorabuena por esa familia! Con el trabajo de casa ya tenías más que suficiente…🙆🏻